La contaminación atmosférica es una de las principales causas medioambientales de morbilidad y mortalidad en el mundo y afecta principalmente a las zonas urbanas. Son muchos los estudios que demuestran y explican el gran impacto que tiene la contaminación atmosférica en la salud, al mismo tiempo que ponen de manifiesto la gran variabilidad de la carga de mortalidad entre las ciudades europeas y el gran impacto específico que tiene el sector del transporte. Estos estudios ayudan a conocer dónde se necesitan con mayor urgencia acciones políticas para reducir la contaminación atmosférica y lograr comunidades sostenibles, habitables y saludables.
Los principales contaminantes atmosféricos relacionados con el sector del transporte son:
Pero también existen otros como el ozono troposférico (O3) o los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) con gran impacto en la calidad del aire.
La Agencia Europea de Medioambiente en un informe fechado en noviembre de 2020 cifra las muertes prematuras como consecuencia directa de la contaminación atmosférica mediante PM2,5 y NO2 en 417.000 y 55.000 respectivamente en la Europa de los 28 (508 millones de habitantes) en el año 2018. Los valores estimados para España son 23.000 y 6.800 respectivamente para ese mismo año.
El instituto ISGlobal (Instituto de Salud Global de Barcelona) realizó con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación un estudio con el fin de estimar el efecto de la exposición a la contaminación atmosférica (PM 2,5 y NO2) en la mortalidad de los residentes adultos de casi mil ciudades de Europa que agrupan un total de 168 millones de habitantes.
Se compararon los niveles actuales de contaminación del aire con dos escenarios teóricos de mejora:
Se agruparon y clasificaron las ciudades en función de la población y de la carga de mortalidad estandarizada por edad asociada a la exposición a la contaminación atmosférica, creándose unos índices artificiales para generar un ranking de mayor a menor carga de mortalidad. La mayor carga de mortalidad por PM2,5 se estimó para las ciudades del valle del Po (norte de Italia), Polonia y la República Checa. La mayor carga de mortalidad por NO2 se estimó para las grandes ciudades y capitales de Europa occidental y meridional, entre las que se encuentran las grandes metrópolis españolas de Madrid y Barcelona.
En el mismo contexto, la organización independiente neerlandesa CE Delft realizó el estudio “Health costs of air pollution in European cities and the linkage with transport” que se publicó en octubre 2020 y analiza los costes sociosanitarios relacionados con la contaminación atmosférica en 432 ciudades europeas. Se valoraron dos tipos de costes: costes directos de atención sanitaria (p.ej. ingresos en hospitales) y problemas de salud indirectos (enfermedad pulmonar obstructiva crónica o esperanza de vida acortada).
Según el estudio, que incluyó 130 millones de personas de 432 ciudades de 30 países europeos, el coste sociosanitario de la contaminación del aire se elevó hasta los 166.000 millones de euros en 2018, lo que equivale a 1.250€ (3,9% de los ingresos) por habitante. El estudio demostró que el tamaño de las ciudades es un factor clave, pero que hay grandes diferencias entre las ciudades europeas: para Bucarest se calculó un gasto de 3.000€ anuales por ciudadano, mientras que para Santa Cruz de Tenerife se calcularon tan solo 400€.
Como gran novedad del estudio, se establece el grado de influencia del sector transporte en estos efectos negativos sobre la salud y la economía de las ciudades mediante las siguientes conclusiones, entre otras: