Los estudios llevados a cabo a lo largo de las últimas semanas por dos grupos científicos distintos tanto en autobuses como en el tranvía avalan la hipótesis inicial de que viajar en transporte público en nuestra ciudad no implica un especial riesgo de contagio en comparación con otras actividades de la vida cotidiana.
Tal y como se indica en uno de los estudios, asociar los conceptos de “medición de concentraciones de CO2” y “riesgo de contagio por transmisión aérea del virus” exige tener en cuenta otros factores como el tiempo medio de exposición (aproximadamente, 7 minutos de media en el caso del tranvía) y la presencia de sistemas de purificación/filtración de aire implementados.
También deben ser consideradas las medidas preventivas complementarias para evitar el contagio por transmisión de aerosoles, tales como pueden ser el uso obligatorio de mascarillas y permanecer en silencio. En este sentido, el compromiso ciudadano es fundamental.
En el autobús urbano el estudio ha sido realizado por el Laboratorio de Combustión Industrial perteneciente al LIFTEC (Laboratorio de Investigación en Fluidodinámica y Tecnologías de la Combustión) de la Universidad de Zaragoza, encabezado por Javier Ballester, en el marco de un convenio de colaboración con el Ayuntamiento.
En el caso del tranvía ha estado a cargo del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón, dentro del proyecto “CoviBlock”. En concreto, ha sido realizado por Juan José Alba López, Marta Baselga Lahoz y Alberto Jiménez Schuhmacher.
CASI 300 TRAYECTOS COMPLETOS ANALIZADOS EN EL TRANVÍA
En el tranvía se han obtenido registros de niveles de dióxido de carbono comprendidos en un periodo de 53 días, habiéndose monitorizado —en ese periodo— cerca de 300 trayectos completos (ida y vuelta).
Teniendo en cuenta todos los factores aludidos en el inicio de esta nota de prensa (tiempo de exposición, sistemas de filtrado y medidas complementarias), el estudio en el tranvía indica que puede considerarse preliminarmente que los registros obtenidos de “incremento de CO2” no representan un entorno de alto riesgo de contagio por aerosoles, aunque existe un margen de mejora que debe aprovecharse a través de las acciones propuestas, especialmente en las zonas y momentos donde se produce la mayor ocupación del tranvía (fundamentalmente, en el tramo central de su recorrido, entre Gran Vía y Chimenea).
Se instalaron un total de 8 sensores fijos y otros dos sensores fueron utilizados como dispositivos móviles para verificar posibles desviaciones de las medidas en el interior del tranvía, incluida la estratificación en altura. El objetivo era obtener mediciones realistas y uniformes, representativas del nivel de exposición experimentado por un usuario medio, sin correr el riesgo de que la medición fuera alterada como consecuencia de la exhalación directa de los pasajeros.
NUEVOS FILTROS EN TODOS LOS CONVOYES
A la vista de las mediciones, en Los Tranvías de Zaragoza se van a poner en marcha nuevas medidas, que se suman a las ya implantadas:
Se está llevando a cabo, desde esta semana, el cambio, en las 21 unidades del tranvía de filtros PM2,5 70%, que suponen una importante mejora en la capacidad de filtración de pequeñas partículas, en los equipos de ventilación y aire acondicionado.
Ya se han instalado, además, pegatinas en todas las ventanillas practicables, indicando que éstas deben permanecer siempre abiertas.
Esta misma semana también se están llevando a cabo pruebas para la modificación de la recirculación del aire en el interior del tranvía, con la implementación de un sistema que permite una mayor incorporación del aire exterior. La construcción del prototipo para la mejora del retorno comenzó el 15 de febrero y concluyó el 19. Las pruebas en el tranvía están realizando esta semana y la instalación en toda la flota se desarrolla desde el 26 de febrero al 12 de marzo.