El año 2020 ha traído una nueva norma de la Organización Marítima Internacional focalizada en la reducción de emisiones en el transporte marítimo. Para satisfacer la demanda del nuevo combustible, Repsol cuenta con uno de los sistemas de refino más competitivos de Europa y uno de los equipos más activos de comercialización de estos productos en el mercado. La compañía fabrica este nuevo tipo de combustibles marítimos en sus refinerías de España y Perú, y comercializa fueloil bajo en azufre en los puertos de Algeciras, Barcelona, Valencia, A Coruña, Lima y Singapur, a los que se sumará Ferrol.
La nueva especificación, conocida como IMO 2020 por las siglas en inglés del organismo regulador del tráfico marítimo mundial, limita a partir del 1 de enero de 2020 el contenido máximo de azufre de los combustibles marinos en aguas internacionales al 0,5%, frente al 3,5% anterior.
“Repsol apoya todas las medidas que permitan mejorar la sostenibilidad del transporte", afirma José Correa, Director de Crudos y Productos Pesados de Repsol, “y la estrategia seguida con esta normativa, apostando por una gama de fueles marinos con menores emisiones de óxidos de azufre (SOx), se encuadra en nuestro compromiso recién anunciado de ser una compañía con cero emisiones netas en 2050".
La compañía española, que ha invertido en los últimos años más de 4.000 millones de euros sólo en modernizar dos de sus refinerías, Cartagena y Bilbao, "es una de las energéticas europeas mejor preparadas para beneficiarse de esta coyuntura y maximizar la captura de márgenes", afirma Juan Carlos Ramírez, Director de Programación, Logística y Venta a Operadores de Refino.
La compañía española se encuentra muy bien posicionada para estos nuevos combustibles
Las refinerías de Repsol en España se encuentran en el primer cuartil del ranking europeo en cuanto a capacidad de conversión y cuatro de sus cinco refinerías españolas disponen de cokers, plantas industriales que permiten aprovechar la parte pesada del crudo para convertir los componentes de HSFO en combustibles de mayor valor añadido (mayoritariamente destilados y gasolinas); este esquema conduce a una producción cero de HSFO. Repsol posee el 25% de la capacidad instalada en Europa de este tipo de unidades, a pesar de contar sólo con el 6% de la capacidad de destilación de crudo. El sistema de refino español de la compañía tiene asimismo una alta producción de destilados medios (alrededor del 55% de sus productos), lo que confiere una alta robustez a su portfolio de productos.
"La ventaja de Repsol se basa también en la capacidad de nuestras refinerías para procesar crudos pesados", materia prima con un alto contenido de azufre, que se abaratará, "y en la demanda de destilados, que subirán de precio porque serán necesarios para producir fuel con 0,5% de azufre o se usarán directamente como combustible marino. La producción y venta de VLSFO es la punta del iceberg de la optimización económica de nuestro sistema", continua Juan Carlos Ramírez.
Amplia gama de combustibles eficientes
Repsol ha estado trabajando en esta oportunidad (producción y comercialización del nuevo combustible) desde 2018. Cuando se regularon las nuevas especificaciones para combustibles marinos, la compañía puso en marcha un equipo de trabajo multidisciplinar integrado por expertos de los departamentos de Refino, Trading y el centro de investigación Repsol Technology Lab. Adicionalmente a este nuevo combustible (VLSFO), Repsol produce en sus refinerías un volumen anual cercano a 1,75 millones de metros cúbicos de gasoil de 0,1% de azufre, que puede usarse como combustible marino.
El VLSFO es más complejo de producir que los fueles convencionales, ya que en su fabricación se puede llegar a comprometer alguna de sus propiedades, como su estabilidad, una de las preocupaciones de los armadores para adoptar este combustible. "A la hora de afrontar la comercialización del nuevo combustible, Repsol ha puesto foco en la calidad de sus productos en todas y cada una de sus instalaciones, calidad ya reconocida en el mercado. Además, se sigue un protocolo de seguridad riguroso para garantizar también la calidad de los fueles que el negocio de Trading compra de terceros", explica el Director de Crudos y Productos Pesados de Repsol.
La IMO 2020 responde a la demanda de un transporte marítimo más sostenible y es clave para el comercio mundial porque, según datos ONU-Medio Ambiente, en torno al 80% de las mercancías se trasladan hoy por barco. "Repsol está muy bien posicionada para suministrar a las principales navieras combustibles adaptados a esta norma contribuyendo a un tráfico marítimo medioambientalmente más respetuoso”, concluye José Correa.