La exposición viva y en constante renovación de Los Superclase, ubicada en Mobility Museum, presenta esta semana dos importantes novedades, con la llegada del primer Fórmula Uno que pilotó el madrileño Emilio de Villota, así como una unidad del superdeportivo más espectacular de finales de los 60 y primeros de los 70: el Lamborghini Miura.
El Lyncar F1 aquí expuesto, tras 34 años en el Museo de Cera de Madrid, se restauró en 2017 por SMC Motorsport, y ahora luce incluso con la decoración de su época, con los patrocinadores Iberia, Banco Ibérico y Medinabi. Construido artesanalmente por Lyncar Engineering Ltd, es un modelo único motorizado por el propulsor más frecuente en su época, el Ford Cosworth V8 3.0, que le permitía desarrollar unos 480 CV para mover tan sólo 500 kilos.
A mediados de los 70, mientras se libraban las espectaculares peleas entre Niki Lauda y James Hunt en el Campeonato del Mundo, no era infrecuente la participación de monoplazas artesanales en manos de equipos privados, como este Lyncar que Martin Slater (quien posteriormente trabajaría en Brabham o Lola) construyó en el primer lustro de los 70 y que, entre otros, condujo el piloto neozelandés John Nicholson (en 1974 y 1975 en el GP de F1 de Gran Bretaña). Emilio de Villota se inscribió con este Lyncar 006 Cosworth F1 en las Shellsport International Series de 1976, un campeonato británico de “fórmula libre” con monoplazas de F1, F5000, F2 y F Atlantic. En su primera temporada logró dos quintos puestos, y ya en el certamen del 77, el 13 de marzo, obtuvo su primera victoria en el circuito de Mallory Park, lo que le permitió acceder al Mundial de F1 de ese mismo año. Emilio saltó al mundial de F1 ya con otro bólido, un McLaren M23, con el que terminaría en la 13ª posición en el GP de España de 1977. Tres años después, en 1980, se proclamaría ganador del Campeonato Británico de F1, al volante del Williams FW07. Al año siguiente lograría dos victorias en el Mundial de Resistencia, en Gran Bretaña e Italia, compartiendo el volante del Lola T600 con el británico Guy Edwards.
En cuanto al espectacular Miura, podemos decir que es el máximo exponente del tesón de Ferruccio Lamborghini, quien desafió a Enzo Ferrari y se marcó como objetivo construir automóviles mejores que los del cavallino; y en cierto modo lo logró. De hecho el Miura es su obra maestra, un superdeportivo diseñado por Marcelo Gandini que se presentó en el Salón de Ginebra de 1966 y deslumbró al público con una carrocería espectacular de sólo 1,05 metros de altura y un poderoso motor V12 que en esta versión SV de 1971 elevó la potencia hasta los 385 CV, lo que le convirtió en el deportivo de producción más veloz de su época.
Esta unidad pertenece a una colección privada de Madrid y corresponde a la última serie del Miura, la SV, de la cual entre 1971 y 1972 se comercializaron sólo 150 unidades, por lo que la convierte en una codiciada pieza de colección. Como curiosidad, decir que en la gran pantalla el Lamborghini Miura tuvo sus momentos de gloria. Una de las escenas automovilísticas más impactantes del cine la protagonizó uno de éstos, concretamente en la película de Peter Collison “The Italian Job” (1969), cuya primera escena se centra en ascensión de un Miura por el puerto alpino Gran San Bernando, desde donde cae por un terraplén. La fama del Miura se acrecentó cuando adquirieron uno personajes de la talla de Frank Sinatra o Rod Stewart.
Con estas dos últimas novedades, la muestra la componen 18 extraordinarias unidades, desde el Benz Patent-Motorwagen de 1886 -con el cual nació oficialmente el automóvil- y el Ford Quadriciclo de 1896 que daría origen a la poderosa Ford Motor Company, hasta el exclusivo hiperdeportivo Ares Modena S1 Proyect 2023 que se construye de forma prácticamente artesanal y del que todavía no circula por las calles ninguna unidad.
Jaguar es otro actor principal en la muestra, con un espectacular prototipo híbrido de 850 CV, el C-X75, que no se llegó a comercializar pero sí fue protagonista de la película de 007, Spectre; así como con un bólido que hizo historia durante los años 50 en las míticas 24 Horas de Le Mans, el Jaguar D-Type.
No faltan en la colección famosos bólidos “pre-guerra”, como un Hispano Suiza Alfonso XIII de 1914 o un Bugatti T-37A de 1927, con el cual se tomó la salida en la edición 2021 de la carrera de clásicos más famosa del mundo: la Mille Miglia. Y siguiendo con la emblemática marca francesa, la exposición incluye el impresionante Bugatti Chiron de nada menos que 1.500 CV de potencia y 420 km/h de velocidad punta.
Ford muestra el concept TFZ-P1 del Team Fordzilla P1, un "coche para gamers" que nació como virtual para convertirse en real, y cuyo prototipo viene de exhibirse en el Festival de la Velocidad de Goodwood. Aston Martin es otro de los prestigiosos fabricantes representados, con clásicos que popularizó la saga de películas de James Bond, como el DB5, o ediciones limitadas más modernas como el Speedster V12 del que sólo se hicieron 88 unidades para todo el mundo.
Dos piezas muy reconocibles, una de los 50 y otra de los 80, no podían faltar en esta muestra. Nos referimos al Mercedes-Benz 300 SL “Alas de Gaviota” y al Ferrari Testarossa, dos icónicos modelos que sin duda marcaron una época. Finalmente, pioneros de una de las firmas más prestigiosas -Porsche- como el mítico 356; o espectaculares piezas como un De Tomaso Pantera V8, completan una exposición viva cuyos componentes cambian de forma periódica para deleite de los más nostálgicos y entusiastas del mundo del automóvil.