Francia, 1869
Este ejemplar presenta una evolución del sistema de frenado habitual en este tipo de velocípedos. Si normalmente se trata de una cuerda la que conecta el manillar con la zapata de freno que se acciona enroscando el manillar, aquí el mecanismo se ha hecho más resistente utilizando cuero y hierro.
Bicicleta a pedales, con el chasis totalmente de hierro y las ruedas con los radios de madera. No tiene frenos. Tiene los pedales el centro del eje de la rueda delantera, que a la vez es más grande que la rueda posterior para ganar una mayor velocidad.
Los velocípedos y las bicicletas son un producto de las revoluciones industriales, un momento en que los inventores y sus creaciones estuvieron en el centro del protagonismo como nunca, en una sociedad que buscaba el progreso técnico por encima de cualquier otra cosa.
El herrero Pierre Michaux, gracias a la inspiración de su hijo Ernest, mejoró significativamente la draisina, conceptualizando un invento que permitía impulsar el vehículo sin la necesidad de poner los pies en el suelo, con unos pedales instalados en el eje de la rueda delantera que bautizaría como “pedivélle” (‘manivelas para los pies’). Dando lugar a unos vehículos que a partir de ese momento se conocerían como “velocípedos”.