Año 1953 | 7.457 cc. | 5.6 m. largo x 2.1 m. ancho x 1.9 m. alto
El vehículo Real
Esta limusina de gran tamaño formó parte de la flota de vehículos de la Familia Real Británica hasta el año 1982. Su diseño con tres hileras de ventanas permite la apertura trasera del techo sobre los asientos de los pasajeros con el fin de poder saludar en las celebraciones.
El amplio habitáculo está revestido de tapicería de lana y moqueta color crema, con reposapiés y taburetes, enmarcado el conjunto por maderas nobles.
Todos los coches suministrados a la Casa Real ostentan rasgos particulares, incluyendo asientos tapizados en tela, ausencia de cromados en las puertas y de placas de matrícula y un soporte en el techo donde luce el Escudo de Armas Real. Los coches oficiales se construyen conforme a precisos requisitos concernientes a seguridad, espacio interior, anchura especial de puertas y visibilidad, entre otros. El foco de color azul del techo, sobre el parabrisas, se reservaba para el uso de las dignidades durante las visitas a las colonias.
El Silver Wraith fue reemplazado en los actos oficiales por otra limusina de la misma firma -Phantom VI- dotada con un chasis más largo, con capacidad para siete asientos.
Entre los personajes más relevantes de la Casa Real Británica de la época que usaron esta lujosa limusina, nos encontramos a Isabel II, la cual fue avistada en infinidad de ocasiones con ejemplares de la prestigiosa marca.
Precisamente esta unidad formó parte de la flota de vehículos de la Familia Real Británica hasta el año 1982. Proveniente de África, constituye uno de los últimos vestigios de la época colonial.