La movilidad urbana sostenible es uno de los principales retos que afrontan las ciudades de la UE y un motivo de preocupación para muchos de sus ciudadanos. El transporte por carretera es una de las principales causas de la contaminación atmosférica y de las emisiones de gases con efecto invernadero en zonas urbanas, y los costes de la congestión para la sociedad ascienden a aproximadamente 270 000 millones de euros al año.
En 2013, la Comisión emitió un paquete de movilidad urbana y proporcionó más financiación para un transporte urbano limpio de alrededor de 13 000 millones para el período 2014‑2020 con el fin de hacerlo más sostenible.
Basándonos en el trabajo de auditoría en la Comisión y en ocho ciudades de Alemania, Italia, Polonia y España, no hallamos indicios de que las ciudades de la UE estén cambiando fundamentalmente sus enfoques ni observamos ninguna tendencia clara hacia unos modos de transporte más sostenibles.
Recomendamos que la Comisión recopile y publique más datos de los Estados miembros sobre movilidad urbana y que vincule el acceso a la financiación a la existencia de planes de movilidad urbana sólidos.