Ford lleva más de 100 años fabricando vehículos en todo el mundo. Hasta ahora, siempre salían de las líneas de montaje con alguien al volante, pero esto podría cambiar pronto; pues se está probando una tecnología de conducción automatizada basada en la IA (inteligencia artificial) para hacer más eficiente el proceso.
El proyecto E-SELF forma parte de una serie de iniciativas que Ford está analizando mientras prepara su Centro de Vehículos Eléctricos (VE) de Colonia, en Alemania, -objeto de una inversión de 2.000 millones de dólares- donde la producción de VE comenzará este año.
El mes pasado, Ford presentó el nuevo Explorer cien por cien eléctrico, que será el primer turismo eléctrico de la compañía fabricado a gran escala en el Centro de Vehículos Eléctricos de Colonia.
Ford llevará a cabo estas pruebas durante dos años y medio junto al Instituto de Ingeniería de Automoción de la Universidad Técnica de Braunschweig y Kopernikus Automotive. El Ministerio Federal de Economía y Protección del Medioambiente ha aportado una financiación de dos millones de euros. El proyecto E-SELF utiliza la comunicación vehículo-infraestructura para controlar y supervisar los vehículos. Los sensores situados en la planta pueden identificar riesgos en el recorrido del vehículo -como, por ejemplo, la presencia de una persona o de otro vehículo-; en estos casos, este reduce la velocidad o se detiene, según sea necesario.
Solo las pruebas finales pueden implicar una docena o más de trayectos entre distintas ubicaciones antes de que los vehículos queden estacionados y listos para su recogida y suministro por carretera, ferrocarril y barco. Con la tecnología de IA, los automóviles se conducirían solos, se cargarían y estarían listos para salir. Este sistema funciona con todos los vehículos equipados con transmisión automática, control electrónico de estabilidad, freno de mano eléctrico y dirección asistida; el único requisito adicional es una unidad de comunicación inteligente que permita la interacción con la infraestructura.
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