Álvaro Gómez,
Director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, ha asegurado que “la DGT apoya la propuesta de la
Comisión Europea para que el frenado autónomo de emergencia, el control
inteligente de velocidad, o las cajas negras, sean obligatorios a partir del año que viene. La tecnología va a
ser clave para alcanzar la Visión Zero.
Si se aprueba el paquete de sistemas
ADAS propuesto en la UE, se podrían
salvar 25.000 vidas en los próximos 15 años”.
Este anuncio se ha realizado este anuncio en la IV Jornada
sobre Tecnología y Seguridad Vial; organizada por la Fundación Española para la
Seguridad Vial (FESVIAL) y Carglass
España. “La DGT apoyó la propuesta de la comisión desde que se hizo
pública el año pasado. Creemos en el beneficio potencial de hacer todos estos
sistemas obligatorios. Y algunas cifras sirven para ilustrar las posibilidades
de todo esto. Control inteligente de velocidad podría reducir en un 20 por
ciento los accidentes. El frenado
autónomo podría evitar los 30 ciclistas y 250 peatones que mueren cada año en
las ciudades. Cambio salida de carril también influye en muchos accidentes
de colisión frontal y salida de vía”.
Un estudio de la DGT
sobre los sistemas de ayuda a la conducción desvela su importancia
Según el estudio de
la DGT Influencia de los sistemas de
ayuda a la conducción en la seguridad vial, en las carreteras españolas
se producen más de 90.000 accidentes
anuales, con unas consecuencias de más de 1.600 fallecidos y superando los
9.500 heridos graves. Las causas principales de los siniestros siguen siendo el
factor humano y las distracciones. Los sistemas de asistencia a la conducción
ADAS permiten la reducción del riesgo de siniestro, pudiendo ayudar a evitar o
mitigar las consecuencias del mismo.
Si todos los
automóviles equiparan estas ayudas a la conducción, se evitarían o mitigarían
significativamente las consecuencias de un 57% de los accidentes en España,
un total de 51.000, con un impacto directo en la cifra de fallecidos y heridos.
Además, el coste directo de accidentes para España supone al año, según datos
de la DGT en 2014, un total de 9.600 millones de EUR, más de un 1% del PIB
nacional. Otra de las conclusiones de ese estudio es que en España se podría
reducir un 45 % este gasto, lo que supondría un ahorro de 4.300 millones de
euros anuales, con la implantación generalizada de sistemas de asistencia a la
conducción.