Fruto de un acuerdo de colaboración con la compañía Kopernikus Automotive, Porsche ha puesto en marcha un programa de conducción autónoma en su taller de Luisburgo. Los socios que forman parte de este proyecto confían en la inteligencia artificial, que requiere menos tecnología de sensores y reduce los costes.
Un elemento clave son los sensores de cámara. Antes de que los vehículos se muevan de forma totalmente autónoma en este centro Porsche, tanto las instalaciones como el entorno próximo se deben convertir primero en una representación virtual. Esto sirve de entrenamiento a una red neuronal artificial. Aquí, la conducción autónoma no está programada, pero la inteligencia artificial se somete a un proceso de aprendizaje mediante el uso de datos. Solo de esta manera se puede llevar a cabo este complejo sistema.
"Eso supone hacer más hincapié en los sensores externos que en los del propio vehículo y dejar atrás una programación relativamente rígida para pasar a sistemas inteligentes basados en datos", dice Alexander Haas, responsable de Proyecto de Conducción Autónoma en este centro Porsche, al describir la esencia de la tecnología.
En la zona de ensayo para vehículos autónomos, el coche avanza por sus propios medios desde las plazas de estacionamiento hasta la plataforma elevadora y después hace lo mismo pero a la inversa. Los mecánicos usan una tableta para dar las órdenes pertinentes a cada vehículo para que se ubique en la posición correcta dentro del taller, de forma ágil y automatizada.
Los trabajos realizados demuestran la viabilidad de la conducción autónoma dentro de las instalaciones. Esto ofrece múltiples ventajas: gracias al guiado autónomo del vehículo, las reparaciones se pueden realizar de manera más rápida y rentable. Estas pruebas también permiten a Porsche recopilar información importante sobre la conducción autónoma basada en inteligencia artificial. A largo plazo, habrá una gran cantidad de aplicaciones adicionales para esta tecnología, que podrá usarse en puertos, en servicios logísticos o en aparcamientos. Después de completar con éxito la fase de pruebas, todo el entramado de sistemas que dan vida a la conducción autónoma pasarán a la producción en serie.
Porsche impulsa la innovación de manera interna y con socios externos, indistintamente. El fabricante de automóviles deportivos trabaja como socio de la start-up Autobahn desde 2017. De esta misma plataforma ha surgido la colaboración con Kopernikus Automotive.